Auditoria fiscal o tributaria, hace referencia al análisis de los libros contables, registros especiales y documentación anexos para constar, corregir, y en su caso, validar que estas cumplen con los distintos impuesto y obligaciones que la ley establece a sus contribuyentes.
Es una de las auditorias más importantes tanto para el caso de persona moral o física; ya que de ella dependen los contratos con terceros, la solicitud de algún préstamo a una institución, operaciones financieras o simplemente estar en tiempo y forma con las obligaciones que establece el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Una auditoria fiscal formará una carpeta con el análisis de toda la información recibida; por ejemplo, las Declaraciones por el Impuesto y las Declaraciones Trimestrales o Semestrales, ISR, IVA, IEPS, los Estados Financieros declarados, Facturas ingresadas etc. El objetivo es validar que los saldos presentados correspondan al presentado en el cierre del ejercicio, así como la correcta clasificación de las cuentas dentro de los balances (activo y pasivo), no existan requerimientos por parte del Servicio de Administración Tributaria, SAT y en resumen la validación del proceso en la presentación de la información.
Podemos clasificarla de la siguiente forma:
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En conclusión, una auditoria fiscal, permitirá conocer el estado actual de las declaraciones presentadas cada cierre de cada ejercicio; así como validar la veracidad de la información que se está presentando, identificando las áreas de riesgo al tener algún requerimiento pendiente de presentar u observaciones dentro de lo presentado. O en su caso, demostrar que las devoluciones han sido las correctas para así no recurrir a un servicio de devolución de impuestos.
Todo esto permitiendo a las empresas tener una evaluación concientizada del proceso para la generación de informes, presentación de estos y apego normativo a cubrir, traduciendo este importante proceso en la correcta optimización para el cumplimiento de los objetivos corporativos.